2, 13, 16, 21, 32, 42
- Buenos tardes
- Hola
Le hubiese hablado del tiempo o , ¡qué se yo!, de cualquier otra cosa intranscendente. Pero mis ojos se detuvieron, por un instante, en los suyos. Esos ojitos negros que, sin pretenderlo, eran reflejo de sus meditaciones: Ahora el giliflautas este va y me cuenta la película de siempre. Qué vida, ¡señor!, qué vida.
En vista de lo cual, pensé que tampoco me costaba tanto no amargarle más la tarde a la chica de pelo largo, ojos negros y mirada triste. Así que introduje los números y el vil metal. Aguardé mientras me devolvía el resguardo de la operación y el cambio. Cuando lo hizo, me limite a asentir con un simple gesto. Y volviéndome a encontrar con su mirada advertí en ella una muestra de agradecimiento. Salí sin más.
Si hubiese tenido dos dedos de frente, no hubiese entrado. No hubiese perdido el tiempo en tentar al azar. Me pregunté por qué jugaba a la lotería. Y la única razón que se me ocurrió fue que lo hacía con la perspectiva de poder cantarle las cuarenta a la jefa y restregarle en sus narices mi nuevo status. Por desgracia, nunca ocurre. Nunca gano. Y cada semana sigo entrando a la administración de lotería de la chica de pelo largo, ojos negros y mirada triste.
4 comentarios
Anónimo -
ya regreso, un minuto...ok?
un beso. cuidate, si?
_Mary_ -
A veces la suerte llega y se gana, pero la mayor de las veces, se pierde. Mejor no intentar el juego, ni al amor ni a la loto.
Gracias por tu visita a mi blog, ya está "El rebozo mexicano".
Con mucho gusto, si hay alguna cosa de mi México que desees saber, pues es solo mencionarlo y ya tá.
Saludos querido amigo.
Brisa -
Yo creo que ya que juegas, deberías cambiar de administración, alguien triste, es que no tiene suerte, y la suerte se contagía, cambía y busca una que sea guapa y sonría. Haz una lista poniendo las cosas en las que te lo vas a gastar (que sean buenas ¿vale?) olvidate de tu jefa y .... si te toca me lo dices ¿eh? Un beso.
Lluvia -
Este..... ( NO LE HABRÁS DICHO A LA CHICA BUENOS TARDES NO?), si así es como la saludas, entiendo esas miradas tristes, o mejor dicho de desconcierto de la pobre al oirte...
Te quiero, un NO beso.