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En busca de la felicidad

En busca de la felicidad

Hoy me he sumergido en las frías aguas Atlánticas. Protegido por el oleaje, escondido debajo de su manto, me hubiese gustado quedarme allí escondido. En su seno me he sentido relajado. Relajado de mis pesares por las caricias de una espuma de burbujas que conseguía que mi cuerpo se desvaneciese respondiendo a ese agua que se aferraba a mi piel. Sintiendo. Sintiendo sensaciones únicas, mágicas.

Lejos de tener temor, me sentía seguro, confiado. Mi mente navegaba por un mundo irreal. Un mundo donde era aceptado. Un mundo donde los tiburones me trataban con cariño. Un mundo donde quedaban fuera las intromisiones intolerables de los peces parásitos. En él no estaba Mónica ni su mirada de reproche cada vez que me levanto de la silla para acercarme a la ventana, y por un momento, descansar mi mente con ese paisaje gris urbano. En él no estaba Clara ni sus chismorreos junto a la máquina de bocadillos. Ni Lorenzo con esos chistes verdes que tanto le divierten. Ni la jefa, ni su chulería.

Pero todo se acaba. Todo. Y tuve que salir al exterior. Y volver a ser el mismo. El mismo especialista en sonrisas fáciles, en depresiones compulsivas, en ser un intruso en un mundo que no es el mio.

6 comentarios

Solo una más -

Yo te conozco de siempre, leer este texto me lo ha confirmado, me hablabas de ello, de sentirte así, extraño a tu entorno, inconforme con él. Pienso que para esta fecha, has traspasado esa barrera de la que habla Anónimo, creo que estás ya en dónde comenzarás una nueva vida, con problemas sí, pero con una renovada esperanza de luchar por tu supervivencia, esa supervivencia total por tu vida...por tu espíritu.
Te amo Manu.

NADA -

Hola: Ví tu enlace en el blog de Corazón, además de una cita que hace sobre tí. Entiendo lo que dices respecto a sentirte algo así como extranjero en tu propia tierra: a mí me pasa de forma intermitente desde la niñez, y he llegado a acostumbrarme y a pensar que puesto que ahora estoy aquí, voy a andar por este espacio lo mejor que pueda, ya que al fin, remontándonos a la esencia, todos partimos del mismo punto. De todas formas, por si te sirve, me voy a permitir recomendarte un libro: "Iniciación" de Elisabth Haich.
Saludos

_Mary_ -

Miramar:
Nadie se puede sentir más solo y ser más desgraciado, si así se quiere uno sentir. La vida tiene sus altibajos, está llena de contrastes y debemos ser agradecidos por despertar cada mañana y ver que el sol sale para todos, y lo que ayer era triste, hoy puede convertirse en alegría.
Saludos desde México.

Anónimo -

20.35 pm, Hace unos segundos he terminado de leer, por fin, todo lo escrito aquí, descanso, sentado contemplo la ventana, el cristal , la suave línea del cristal que separa , cuantos cambios, cuantos pasos desde febrero , desde tu primer post hasta el último, mmmm, ¿qué se puede decir?, ¿serviría de algo? No…. mejor contaré una breve historia.
Creo recordar que fue en Ucrania, en los montes de Crimea, un venerable anciano me llevó a ver un lobo, se hallaba el animal tendido sobre la nieve entre cuatro árboles, no había jaula, únicamente una cuerda de árbol a árbol con jirones de tela anudados colgando. Con gestos elocuentes el viejo trató pacientemente de explicarme algo que no entendí en aquel momento y cansado de juegos de mímica me marché de allí apenado por la triste escena.
Algunos meses después, un atardecer como el de hoy, al recordar la escena comprendí por fin. El hombre intentaba demostrar que para aquel desgraciado animal los míseros trozos de tela una barrera infranqueable y en su pensamiento no cabía la posibilidad de que fuera posible traspasarlos.
Cuídate.

Sigrid -

Aunque sean muchos posts en silencio, sigo leyendote...
Besines!!!

Desierto -

Intruso no eres, y siento en el alma ser yo quien te diga, que por mucho que joda, este mundo es el tuyo, el de todos. El mundo no, ese nos es común a todos, pero la forma de pasar por él... eso es otra cosa. En eso tienes arte y parte.
Hazlo. Otro, de xocolate, cómo no.