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miramar

Quizá

Quizá El aire estaba impregnado del tentador aroma de ella.

Tardé un instante en comprender que ella era sincera. Esta vez no vi chispas burlonas en sus ojos. Esta vez no vi ironía en su voz. Su maquillaje le daba un aire misterioso y femenino. Imaginé sus ojos profundos. Sus labios carnosos. Su boca pintada de rojo.

- Eres demasiado agradecido con las mujeres, por eso se enamoran de ti. Y luego sólo te dan problemas.

Sólo acerté a decir:
-Lo tendré en cuenta, la próxima vez que conozca a una mujer le diré que es fea.

Ella se echó a reír. Sostuve su risa con actitud coqueta. Y por una extraña razón sentí un nudo en la garganta. Su majestuosidad hizo que sintiese la necesidad de rodearla con mis brazos, de ofrecerle el apoyo de mi hombro. Pero no lo hice. Temí que mi gesto fuese interpretado de una manera equivocada.

-¿Por qué eres tan infeliz, Hechicero?
-No lo soy, me apresuré a responder.

Pero ella supo que en mi respuesta sólo había una parte de verdad. La otra parte no era cierta.

Ella, con una sonrisa en los labios, cerró la ventana, marcando las distancias.

-¿Te veré mañana?
-Quizá

1 comentario

Hada -

Cúrame esta vida náufraga,
limpia con tu corazón,mis manos agotadas
Abraza el silencio que se instala en la memoria
una y otra vez...pero no dejes de mirarme.
revive conmigo los días que me diste
ignotas madrugadas y ocasos de fuego...
ojos que se ausentan apagando la luna...